La Cooperación Internacional, en un sentido amplio, refiere al conjunto de acciones que derivan de los flujos de intercambio que se producen entre sociedades nacionales diferenciadas en la búsqueda de beneficios compartidos en los ámbitos del desarrollo económico y el bienestar social, o bien, que se desprenden de las actividades que realizan tanto los organismos internacionales que integra el Sistema de las Naciones Unidas como aquellos de carácter regional, intergubernamentales o no gubernamentales, en cumplimiento de intereses internacionales particularmente definidos. La Cooperación Internacional así descrita se entiende como la movilización de recursos financieros, humanos, técnicos y tecnológicos para promover el desarrollo internacional.
Desde el nacimiento del régimen de cooperación internacional y hasta la actualidad, la agenda del mismo ha experimentado un importante proceso de transformación. Ello ha traído consigo cambios tanto en lo que respecta a la concepción de la cooperación como la definición de sus objetivos transformadores, los actores involucrados, la definición de los instrumentos utilizados y los modos de gestión.
El uso actualizado del término Cooperación tiende a ser bastante más amplio, conjugándose elementos de ayuda y solidaridad con los de promoción comercial e intereses políticos y económicos. De allí que se la pueda entender como “el conjunto de acciones a través de las cuales se intenta coordinar políticas o aunar esfuerzos para alcanzar objetivos comunes en el plano internacional.” No constituye, tampoco, un proceso unidireccional sino más bien una vía de “doble mano” en que cada uno de los países ( y/o agentes ) involucrados, tanto donantes como receptores, acuerdan cooperar para resolver un determinado problema y al hacerlo, satisfacen objetivos que cada uno de ellos se ha propuesto previamente. En ese sentido, la Cooperación genera beneficios mutuos y resulta ser un instrumento idóneo para contribuir a la búsqueda de soluciones que involucren a más de un país (derechos humanos, sustentabilidad ambiental, estabilidad de los sistemas democráticos, etc.), dando cabida a la creación de espacios que promuevan el bien común internacional.
La cooperación internacional se ha convertido en una actividad que también tiende a ser más horizontal y compromete de modo complejo al sector público (nacional, provincial y municipal) como en el universitario, organizaciones productivas regionales o locales, organizaciones de la sociedad civil, voluntariado u organismos internacionales.
Precisamente, la dinámica que ha cobrado la cooperación internacional, la variedad de su agenda así como los actores involucrados, requieren de un estudio sistemático, analítico y crítico que permita realizar buenos diagnósticos y contribuir al diseño de políticas apropiadas.